Momento y Realidad


FUTURO INCIERTO, TRABAJO INCIERTO… NUEVOS HÁBITOS DE VIDA



¿Qué hacer, cómo comportarnos ante esta situación difícil?

Ante la realidad que se vive, ya no solo humana y moralmente golpeados por la pandemia, sino tambien espiritualmente,  son muchas las personas que buscan ayuda porque desde hace rato el bolsillo ya se les rompio. 

Algunas personas comparten que han perdido sus empleos, y piden oración a nosotros los sacerdotes para poder encontrar trabajo. 

Les prometemos oraciones pero también un plus de ayuda para que puedan enfrentar personal y familiarmente la pandemia. Es lo que pretendo también en este artículo... 

Y aquí quiero incluir algunos consejos, que pueden servir en el diario vivir y también como preparación a lo que se viene, que no es muy positivo, y esto no es nada profético, baste solo mirar la realidad de nuestras naciones.

Algunos consejos prácticos que se pueden aplicar:

1. Rezar es vital. Ahora es una ocasión maravillosa para hacerlo bien. Ofrezco la descripción de un esquema sencillo para hacer oración:

Baste buscar un lugar tranquilo de la casa, comenzar respirando y disponiendo la postura corporal. Acto seguido siento la presencia de Dios. Le doy gracias por una o dos bendiciones que he recibido. Hago una oración de las que aprendí en casa o en la catequesis: el Padre Nuestro, el Ave Maria, un Salmo, una oración a Jesús: por ejemplo: Jesús manso y humilde de corazón. Haced mi corazón semejante al vuestro. Hacer la oración despacio, dándonos cuenta que y a quien le hablamos. Después un breve silencio de interiorización. Acto seguido, damos gracias por el momento vivido. Y hacemos un propósito sencillo, por ejemplo, saludar amablemente; dar las gracias, etc… finalmente termino con la bendición o con una oración.


2. Ante las situaciones de ansiedad, stress, cansancio, fatiga, irritación, molestias de diferente índole es bueno tener en cuenta nuestra vulnerabilidad y fragilidad. Sino cuidamos nuestra vulnerabilidad, nos puede acarrear dificultades serias que llevan a conflictos más grandes.

Para ello es importante un programa cotidiano, u horario para balancear las actividades del hogar, eso sí, debe hacerse con flexibilidad, de modo elástico que haga la vida cotidiana más llevadera y de forma amena y lúdica.

Aquí es bueno aconsejar que como familia, especialmente papá y mamá,  hagan un horario sencillo, que involucre a todos, que incluyan tareas para los niños (sencillas pero que ayuda, por ejemplo poner los platos y cubiertos de la mesa, hacer la cama, limpiar…). De este modo nos hacemos responsables y creamos un ambiente favorable para combatir las situaciones adversas del hora a hora.

3. Leer nos ayuda también mucho. Y que tal aprovechar esas lecturas de aquel libro que no he leído; Escuchar aquella música que no he escuchado hace años, y que valdría la pena recordar, o también explorar nuevos géneros musicales que no conozco; Bailar es una terapia maravillosa que nos ayuda no solo a divertirnos sino a ejercitarnos física y mentalmente. Conversar por el móvil o celular con esa persona que no he llamado o que posiblemente este sola. Cantar es otra terapia maravillosa. Alegra el espíritu y es sanador.

4. Cuidado todo en exceso es perjudicial. “Conócete a ti mismo, y nada en demasía”, decían los griegos. Por lo tanto se corre el peligro de pasar muchas horas en las redes por el computar, portátil o celular, se aconseja un uso moderado y medido para no cansarnos ni cansar. Aquí va un buen consejo en el uso racional de las cosas y en especial para esto de la tecnología: 1. No molestar, y 2. No hacerse daño uno mismo (Leo Harlem).

5. Los juegos de mesas (parques, ajedrez…) son muy entretenidos y alimenta la sana competitividad y la destreza mental. Además nos ayudan para encausar nuestras agresividades y también ayuda para la resiliencia.

6. Todo sucede para el bien… así que es una ocasión para replantear y reinventar la vida y nuestros hábitos. Muchos han perdido y perderán su empleo. Así que cómo enfrentar lo que se viene. Ser realistas es lo más importante, por ello es necesario medir fuerzas tanto físicas, sicológicas, intelectuales, culturales, sociales, espirituales para saber qué debo hacer.

Personalmente, como matrimonio, o como comunidad sea religiosa o de vida. Lo primero es plantear la situación real sin ser idealistas ni soñadores. Que podemos reforzar por el momento, ya que es una situación dura la que se avecina, ¿Cómo prepararnos? Se aconseja cursos en línea para cualificarnos (hay muchos gratuitos, otros con un costo mínimo y flexible):

Cursos cortos con el SENA  AQUI 

Curso en línea 12 Reglas para vivir AQUI

Formación en la fe AQUI

Curso católico AQUI

Geopolitica AQUI


7. Al intentar aplicar nuevos hábitos en la vida personal y familiar, será extraño, pero debemos tener paciencia, dialogar, escucharnos, perdonarnos, ser propositivos y positivos, las discusiones e irritaciones dañan nuestra salud. No es mi verdad, no es tu verdad, es la verdad, vamos a buscarla juntos.

8. El silencio. Que no es una simple ausencia de palabras, sino que le dejamos entrar y se convierte en un silencio profundo, en el que están contenidas todas las palabras: sereno, refrescante, lleno de vida, sustancial.  Ese silencio no es ausencia o vacío, sino invitación a la plenitud. En estos días se han agotado todos los adjetivos sobre lo que está pasando. No hay palabras, decimos a veces. Y un tropel de imágenes se ponen de pie y se atropellan delante de nosotros. Pasamos de la disipación a la concentración; de andar desparramados a explorar cómo van nuestras cosas. Es un silencio como un río, con dos brazos: uno es prudencia y otro, fortaleza. Decían los escolásticos que la prudencia era la cochera donde se guardaban la justicia, la fortaleza y la templanza. La fortaleza es firmeza ante la adversidad (El amor en los tempo del coronavirus,  Enrique Rojas, Religion en Libertad, 12 mayo 2020).  

9. El síndrome por exceso de información, por ejemplo, el Dr. López Goñi, catedrático de Microbiología, subraya una serie de puntos muy claros: que ya sabemos cómo detectar al virus, que más del 80% de los casos son leves, que la gente se cura, que no afecta a menores de edad y que hay muchas investigaciones en marcha que auguran ya un prototipo de vacuna... y sugiere que estar en constante alerta en relación con el virus es un error.

Hagamos de estos días un momento para aprender a gestionar la incertidumbre y no pretender tenerlo todo controlado. Toda vida tiene un fondo incierto. Y este virus nos lo recuerda con intensidad (El amor en los tempo del coronavirus(AQUI)).   

Las imágenes  aqui empleadas son de Pisabay totalmente gratis para descargar (AQUI) 



      


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